Select Page

Ehecachichtli de metal

Ehecachichtli de metal
Arriba aerófono de corcholata de cerveza o refresco enbotellado, aplanada, doblada por la mitad y con dos hoyos.

El objetivo de este escrito es proporcinar más detalles sobre un aerófono de metal que se incluyó en un estudio anterior [1]. Se usaba hasta hace medio siglo en pueblos y ciudades rurales del Occidente de México, incluyendo Jalisco.

Una corcholata sin el corcho se aplanaba un poco con un martillo y en ocasiones se pegaban con un chicle sobre un riel del ferrocarril para que las ruedas de fierro lo aplanaran perfectamente. Luego se hacían dos perforaciones con un clavo cerca del centro, quedando dos hoyos equidistantes. Los niños lo usaban como “zumbador” o gallito, con la ayuda de un hilo o cincha de algodón que se introducía por los dos hoyos y se amarraba formando un circulo o lazo. La cincha se sostenía un poco estirada por los dedos anulares de las dos manos y con un movimiento circulatorio del gallito se torcía la cincha y cuando se estiraba y aflojaba la corcholata circulaba a gran velocidad en un sentido y en el contrario. El juego era entre dos, cara a cara, para tratar de cortar la cuerda del adversario.

“Gamitaderas” segun Schondube de hueso, Foto de Guillermo Contreras [5]

Esos juguetes sin la cuerda, doblados (cerca de 30 grados) para colocar los dos hoyos cerca y cara cara, se podían convertir en otros juguetes ruidosos. El nuevo juego era para ver quién podía producir los sonidos más variados y fuertes. Sus sonidos podían ser como silbidos o ruido muy rico en componentes de frecuencia, posiblemente debido a su muy pequeña, sencilla y especial cámara resonadora aplanada y sus dos hoyos de pequeña longitud o grueso de la pared.

“Ocarina”de Araró según Dájer. Foto de Jorge Dájer[4].

Hace algunos años, cuando inicié el estudio de aerófonos antiguos, me dí cuenta que esos juguetes eran muy similares organológicamente (considerando su mecanismo sonoro) a otros usados en el Mexico Antiguo (actula zona del sur de EUA hasta Nicragua) y que se ha analizado con cierta profundidad, en otro estudio reciente [2] del Ehecachichtli bucal.

Algunos investigadores reconocieron los aerófonos similares más antiguos de hueso provenientes de Michoacán, como Otto Schoondube [3] y Jorge Dájer [4].

El Ingeniero Jose Luis Franco [6], dio a conocer uno similar de barro, proveniente de la zona del Golfo de México, que lo estudió por primera vez y lo llamo aerófono bucal de doble diafragma.

 

 

 

Esos aerófonos se usaron hasta la Conquista. Uno de ellos aparece en la parte superior izquierda de la Lam. del Códice Florentino.Libro XII. Instrumentos de MIzcoacalli. Lam. 70. Foto de Guillermo Contreras [5].

Parece que silbatos similares se han usado en varias zonas del exterior, como Sudamérica, Francia [7], España y Turquía. Aun hoy, se utiliza un silbato similar hecho de plástico o metal, para controlar perros ovejeros, desde el siglo antepasado.

A la derecha Silbato ovejero de Nueva Zelanda, enviado por Hilary Kerrod.

Los sonidos del aerófono de corcholata se pueden analizar en el espacio de las frecuencias con espectrogramas de dos dimensiones y sus grandes crestas se pueden ver muy bien con un espectro de potencia. En el espectrograma se muestra el ruido más fuerte entre 2 y 7 KHz.

Su mecanismo sonoro opera en forma similar al del extraordinario aerófono olmeca de ilmenita [1] y el Ehecachichtli bucal. Este sencillo diseño constituye el alma sonora de toda la singular familia de aerófonos mexicanos que pueden generar sonidos complejos con ruido. Algunos de ellos se analizan en otros estudios que se pueden consular en los archivos de mis estudios recopilados en danzasmexicanas.com

La potencia acústica radiada de los sonios es considreble, hasta 1 Watt y se pueden escuchar hasta 1 km en una línea de vista en el campo abierto, como entre colinas y montañas.

El aerófono es excelente para comunicaciones entre humanos y con animales. Es difícil encontrar otro diseño que sea mas efectivo, sencillo de hacer, barato y portátil. El diseño es una muestra del desarrollo de la extraordinaria y singular tecnología sonora originada desde el México más antiguo.

Referencias

  1. Velázquez-Cabrera, Roberto, “Black stone aerophone”.
  2. Velázquez-Cabrera, Roberto, “Ehecachchtli bucal”
  3. Schondube, Otto. Schondube, Otto. Centro Regional INAH-SEP. “Instrumentos musicales del occidente de México: las tumbas de tiro y otras evidencias “. Revista Relaciones. Colegio de Michoacán. Revista Relaciones del Colegio de Michoacán, 1986.
  4. Dájer, Jorge. “Los artefactos Sonoros Precolombinos, Desde su Descubrimiento en Michoacan”, FONCA-ELA. México. 1995.
  5. Contreras Arias, Guillermo. Atlas Cultural de México. Música. , SEP-INAH-PLANETA, 1988.
  6. José Luis Franco C. Musical Instruments from Central Veracruz in Classic Times.Ancient Art of Veracruz. Exhibition Catalog of the Los Angeles County Museum of Natural History, 1971.
  7. Armengaud, Cristine, “Musique Vertes”, 3. Ed. Cristine Bonneton Editeur, 1984. ISBN 2-862353-044-1.